martes, 9 de noviembre de 2010


El ciclo del agua
 Se pudiera admitir que la cantidad total de agua que existe en la Tierra, en sus tres fases: sólida, líquida y gaseosa, se ha mantenido constante desde la aparición de la Humanidad. El agua de la Tierra - que constituye la hidrósfera - se distribuye en tres reservorios principales: los océanos, los continentes y el ciclo hidrológico. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la energía radiante del sol y por la fuerza de la gravedad.
El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en sus fases líquida y sólida. La transferencia de agua desde la superficie de la Tierra hacia la atmósfera, en forma de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a la transpiración por las plantas y animales y por sublimación (paso directo del agua sólida a vapor de agua). 

La cantidad de agua movida, dentro del ciclo hidrológico, por el fenómeno de sublimación es insignificante en relación a las cantidades movidas por evaporación y por transpiración, cuyo proceso conjunto se denomina evapotranspiración.
El vapor de agua es transportado por la circulación atmosférica y se condensa luego de haber recorrido distancias que pueden sobrepasar 1,000 km. El agua condensada da lugar a la formación de nieblas y nubes y, posteriormente, a precipitación.
La precipitación puede ocurrir en la fase líquida (lluvia) o en la fase sólida (nieve o granizo). El agua precipitada en la fase sólida se presenta con una estructura cristalina, en el caso de la nieve, y con estructura granular, regular en capas, en el caso del granizo.
La precipitación incluye también incluye el agua que pasa de la atmósfera a la superficie terrestre por condensación del vapor de agua (rocío) o por congelación del vapor (helada) y por intercepción de las gotas de agua de las nieblas (nubes que tocan el suelo o el mar).
El agua que precipita en tierra puede tener varios destinos. Una parte es devuelta directamente a la atmósfera por evaporación; otra parte escurre por la superficie del terreno, escorrentía superficial, que se concentra en surcos y va a originar las líneas de agua. El agua restante se infiltra, esto es penetra en el interior del suelo; esta agua infiltrada puede volver a la atmósfera por evapotranspiración o profundizarse hasta alcanzar las capas freáticas.
Tanto el escurrimiento superficial como el subterráneo van a alimentar los cursos de agua que desaguan en lagos y en océanos.
La escorrentía superficial se presenta siempre que hay precipitación y termina poco después de haber terminado la precipitación. Por otro lado, el escurrimiento subterráneo, especialmente cuando se da a través de medios porosos, ocurre con gran lentitud y sigue alimentando los cursos de agua mucho después de haber terminado la precipitación que le dio origen.
Así, los cursos de agua alimentados por capas freáticas presentan unos caudales más regulares.
Como se dijo arriba, los procesos del ciclo hidrológico recurren en la atmósfera y en la superficie terrestre por lo que se puede admitir dividir el ciclo del agua en dos ramas: aérea y terrestre.
El agua que precipita sobre los suelos va a repartirse, a su vez, en tres grupos: una que es devuelta a la atmósfera por evapotranspiración y dos que producen escurrimiento superficial y subterráneo. Esta división está condicionada por varios factores, unos de orden climático y otros dependientes de las características físicas del lugar donde ocurre la precipitación.
Así, la precipitación, al encontrar una zona impermeable, origina escurrimiento superficial y la evaporación directa del agua que se acumula y queda en la superficie. Si ocurre en un suelo permeable, poco espeso y localizado sobre una formación geológica impermeable, se produce entonces escurrimiento superficial, evaporación del agua que permanece en la superficie y aún evapotranspiración del agua que fue retenida por la cubierta vegetal. En ambos casos, no hay escurrimiento subterráneo; este ocurre en el caso de una formación geológica subyacente permeable y espesa.
La energía solar es la fuente de energía térmica necesaria para el paso del agua desde las fases líquida y sólida a la fase de vapor, y también es el origen de las circulaciones atmosféricas que transportan el vapor de agua y mueven las nubes.
La fuerza de gravedad da lugar a la precipitación y al escurrimiento. El ciclo hidrológico es un agente modelador de la corteza terrestre debido a la erosión y al transporte y deposición de sedimentos por vía hidráulica. Condiciona la cobertura vegetal y, de una forma más general, la vida en la Tierra.
El ciclo hidrológico puede ser visto, en una escala planetaria, como un gigantesco sistema de destilación, extendido por todo el Planeta. El calentamiento de las regiones tropicales debido a la radiación solar provoca la evaporación continua del agua de los océanos, la cual es transportada bajo forma de vapor de agua por la circulación general de la atmósfera, a otras regiones. Durante la transferencia, parte del vapor de agua se condensa debido al enfriamiento y forma nubes que originan la precipitación. El regreso a las regiones de origen resulta de la acción combinada del escurrimiento proveniente de los ríos y de las corrientes marinas

martes, 2 de noviembre de 2010


EL AGUA BAJA A RAZON DE 1,5 CENTIMETROS POR DIA 
El dique alcanzó ayer la costa más baja de toda su historia
“En este momento no se está restringiendo la provisión, pero es claro que el consumo en Bahía Blanca es altísimo: el agua no se cuida y acaso sea hora de ir tomando algunas medidas”, dijo Jorge Miconi, jefe del dique.

Las autoridades del embalse informaron que el agua baja a razón de 1,5 centímetros por día, en promedio. (Pablo Presti-LNP)
Exactamente a 8,37 metros por debajo de su cota máxima se ubicaba, en la mañana de ayer, el embalse del complejo hídrico de Paso de las Piedras, medida que es la más baja de la historia del lugar, a excepción de la registrada en 2000, cuando por razones operativas debió procederse al vaciado parcial del lago.
La cota medida a primera hora del último lunes fue de 156,27 metros, lo cual significa un descenso de 27 centímetros respecto de la medida 20 días atrás (156,54) y de 83 centímetros con referencia a la del 31 de diciembre de 2008 (157,10).
Consultado el ingeniero Jorge Olaizola, gerente de Aguas Bonaerenses SA (ABSA) en nuestra ciudad, reconoció que, si bien por ahora la situación no es de riesgo, podrá adquirir esas características en caso de seguir la baja.
“La situación comienza a tornarse bastante difícil, en razón de que el lago ha perdido más de 8 metros respecto de su cota máxima”, remarcó.
Acerca de una posible restricción del servicio, el profesional señaló que esa decisión no le corresponde a su empresa sino la Autoridad del Agua (ADA).
“Ellos tienen el manejo de la reserva de agua y son quienes definen las posibles restricciones si consideran que el nivel del lago comienza a ser crítico”, explicó.
En otro orden, señaló que, en la actualidad, ABSA sigue extrayendo la máxima capacidad que puede potabilizar y conducir, lo cual significa que el servicio no se ha resentido.
“De todas maneras, seguimos con atención el proceso de descenso de la cota, el más importante que ha tenido el dique en los últimos tiempos”, remarcó.
Respecto de la Autoridad del Agua, no es tarea simple obtener una apreciación de la situación. Por un lado, porque a la fecha la empresa no ha designado un responsable de esa entidad en nuestra ciudad, desde la renuncia, ocurrida apenas iniciado el corriente año, del ingeniero Juan Carlos Scheffer.
Esto obliga a consultar en La Plata a la oficina del presidente de la entidad, ingeniero Raúl López, pero al encontrarse de licencia hasta la semana entrante, se informó a “La Nueva Provincia” que no se podía suministrar una lectura técnica de la situación.
Mientras tanto, el jefe del dique Paso de las Piedras, Jorge Miconi, confirmó a este diario la baja promedio de 1,5 centímetros que viene experimentando diariamente el lago este año, aunque se esperanzó en que el régimen de lluvias de los tres meses venideros ayudará a mejorar esa situación.
“En este momento no se está restringiendo la provisión, pero es claro que el consumo en Bahía Blanca es altísimo; el agua no se cuida y acaso sea hora de ir tomando algunas medidas”, señaló Miconi, quien aclaró que esa era una apreciación personal, en razón de sus más de 30 años trabajando en el lugar.
“No son estos tiempos de regar las veredas o desperdiciar agua. Nuestra ciudad tiene un consumo promedio de 600 litros por día por persona, casi el doble de la media de la provincia”, remarcó.
Consultado sobre si había recibido algún tipo de instrucciones sobre la cuestión desde la ADA, señaló que a la fecha no había tenido ningún tipo de indicaciones al respecto.
Datos de peso
* Cota máxima del lago: 165 metros.
* Cota al lunes 23 de febrero: 156,27 metros.
* Cota histórica mínima: 154,40 metros, en 2000 (cuando el lago fue vaciado por razones operativas).
* Capacidad máxima del lago: 327 hectómetros cúbicos (hm3).
* Volumen de líquido actual: 120 hm3.
* Consumo diario de agua por habitante en Bahía Blanca: 600 litros.
* Consumo medio en la provincia: 300 litros.
Corre riesgo el inicio del ciclo lectivo
Anormal suministro a las escuelas
La presidenta del Consejo Escolar, María Gabriela Costa (FPV-PJ) informó ayer en la sesión semanal del cuerpo, que en la reunión que la semana pasada se realizó en Mar del Plata con autoridades de la DGCyE, Bahía Blanca hizo hincapié en que los problemas derivados del escaso suministro de agua en las instituciones podría poner en riesgo de inicio del ciclo lectivo 2009.
Por tal motivo, puso el acento en la urgente construcción de cisternas para dar solución al tema, por lo menos en las escuelas con mayor cantidad de matrícula.
Según explicó Costa, los establecimientos locales no están ajenos a la crítica situación que atraviesa la ciudad desde hace tiempo.
En el último año se multiplicaron los pedidos de las instituciones de todos los niveles para que se construyan tanques-cisternas, a fin de evitar la suspensión de las clases por falta del servicio, hecho que resultó recurrente, especialmente en muchos jardines de infantes.
En octubre pasado y debido a las altas temperaturas, una decena de establecimientos suspendieron total o parcialmente la actividad y en noviembre, varias secundarias permitieron que los alumnos que habían aprobado materias se retiraran antes, a fin de limitar el consumo.
Además, el organismo educativo duplicó la inversión en materia de agua potable entre octubre y diciembre.
La EPB Nº 65, de calle Undiano, solicitó el año pasado una cisterna, para la cual el CE analiza un presupuesto superior a los 14 mil pesos.
Dicha institución padeció, desde alrededor de septiembre, de escasa presión de agua a media mañana y a media tarde, y ya en el último recreo de cada turno no había líquido para la descarga de los depósitos de los inodoros ni para el consumo de los niños. Allí cursan 240 chicos, de entre 6 y 12 años.
Casi diez cisternas se realizaron el año último, con presupuestos que rondaban los 10 mil pesos cada una. (LNP) 

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